lunes, 10 de marzo de 2014

MI DESPERTAR POÉTICO


Descubrí a la gran dama de la  poesía a mis 6 años. Mi hermano mayor leía en voz alta, para un examen colegial, la rima LXIII de Bécquer, y algo apasionante sentí, de modo que desde entonces se me incrustó en la memoria. Una vez la oí y musicalizó para siempre en mi memoria. Facultad que poseí muchos años: si un poema me impactaba la primera vez que lo leía, inmediatamente hacía casa en mi memoria.

Pues bien, aquella lejana tarde en que descubrí al poeta sevillano, corrí y corrí alrededor de mi caserón de adobe, recitando, emocionado y sin entenderla, su excelsa rima. Mis familiares decían: "ese chiquillo está loco". Y, sí, desde ese remoto verano, estoy poseído por la bella locura de la poesía.



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