lunes, 20 de enero de 2014

POEMAS DE EL PÁJARO DEL ALBA


IX



Que no sea hora, estrategia, compromiso.

Que aun siendo del hombre, de la umbría

de su sangre y su mirada, sea

la cascada del sol entre el follaje.

Que sea bello como la luz y como el sexo.

Que aun humano, aun del combate

entre la bestia y el cerebro, sea

el pájaro volando adonde quiere.

Sí. Que el amor, aun bajo la piedra

y el fastidio, sea

la contienda entre el sol y el rocío.



XI



¿Es que puedo sentir

la paz del alba, el júbilo

de gallos y de pájaros, el latido

del sol derramado en el follaje?

¿Es que yo, opreso del tiempo

y de las calles, encallecido de trabajos

y de noches, atenazado de hambres y de guerra,

es que yo puedo, acaso, ser un hombre?

Si me rodea solo la piedra, la piedra

sonriendo en los periódicos, la piedra

exhibiendo sus vestidos, la piedra

gritando, discurriendo,

¿puede mi corazón ser

como el alba, iluminar

mis sueños y mi sangre?



Pobre cosa que preguntas,

¿a dónde está tu flor, a dónde el agua?



XIV



Se han acostumbrado a este cerco.

Han llegado a creer que esto es la vida:

Estos días engolfados en relojes y las noches

ahogadas por las calles. Estos seres

con duradera sed, trabajos y, a veces, sin la luz de una comida.

¿Qué se hace, en dónde queda, la sangre

fresca que se ríe en la cuna?

¿Qué se hizo, a dónde ha ido, el hombre

savia de los ríos y el viento, hermano de la flor

y del jilguero, espejo de los astros

y la tierra, habitante de la vida

y luz creciendo?



XVI



Ese pájaro que enciende la mañana, es la mañana

misma, es su frescura:

Es el parto del día que alza vuelo.

Ese pájaro no tiene calles sumergidas en su canto

y a su día no lo asuelan los relojes, lleva paisajes

en la luz de su mirada y el horizonte

muere bajo su vuelo.

No importa si ese pájaro es paloma,

o si es una golondrina o un jilguero. Ese pájaro es.

Y es como el viento.

El hombre, parece que llegó después del ave,

y sin embargo, fue señor y hermano de la tierra

y continente de la vida y del albor. Mas su corazón

cayó cautivo de su propio albedrío y sus abismos.

¿Por qué, animal amurallado, por qué

si aún llevas corazón, si eres el hombre,

no recobras el pájaro de libertad,

que es tu camino?


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