miércoles, 29 de enero de 2014

4 SECCIONES DEL LARGO POEMA RAPSODIA PARA UN AMOR

VI

 

HUELE a encendida muerte. En las calles

los corazones se hacen cemento.

Yo tengo grillos, lunas creciendo sobre mis lagos, palomas

bebiendo amor. Abro mi piel, ven

y me buscas. No me hagas otro

de esos fantasmas

que aúllan solos entre los carros.

 

 

VII

 

QUIERO que derrames todos

los volcanes y frutas de tu cuerpo

sobre el soleado árbol de mi sexo. Que no sea

una mueca más del tiempo. Que te acaricie

el musgo, el viento y las coplas de los pájaros. Que de mi cuerpo

salgas de menta y te miren los astros ya siendo suya.

No quiero amarte como se mueren todos.

 

 

XV

 

ERES perla mojada

por la lluvia, adonde los pájaros

atracan vuelos.

Nada me importa tu vestimenta

ni tus minutos frente al espejo.

Amo, puerto de aves, tu ternura que enciende

amores aunque la sombra desate lobos.

Amo tu cuerpo, donde adivino profundos bosques

y sembradíos de albas y noches.

Te amo, flauta de rosas

donde la brisa abre sus coplas.

 

XVII

 

PARA amar a una mujer

busco la voz más tierna de un canario,

le mezclo un canto de violín,

un torrente de viento entre los pinos

y un manojo de olas reventando.

Le doy un torbellino de violetas,

un collar de esos astros que se mecen en los lagos

y un olor de azahar bajo la luna.

Le digo que soy sencillamente un hombre,

con jaurías de fieras en el alma

pero también capaz de ser un niño.

Y cuando la tengo desnuda sobre el césped

enciendo con ella

una corola del fulgor que mueve el universo.


 

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